¿Qué hay que hacer cuando estás a punto de rendirte?

Todos hemos pasado por ciertas circunstancias en las que por unas razones u otras nos hemos sentido desistir, dejarnos llevar por las infravaloraciones y creer que son ciertas.. Incluso pensar nosotros mismos que no valemos tanto como los demás o, por el contrario, en un momento de ''melasudina'', que incluso podemos hacer las cosas mejor que el resto, pero.. Anulamos esa idea o esa motivación al recordar los continuos fracasos detrás de esa inspiración espontánea. Aunque, seamos sinceros. Sí. Tuvimos ese momento en el que habíamos pensado que podíamos con todo pero luego, y debemos reconocerlo, pese a que nuestro esfuerzo fue continuo, sabíamos que no dábamos todo lo mejor que podíamos dar de nosotros mismos.

Si estás leyendo este artículo, es porque ya no sabes que hacer, porque estás desesperado o desesperada de pensar que estás haciendo mal o, porque todo el esfuerzo que haces no se ve reflejado y quieres tirar la toalla, o simplemente quieres salir con alguien y no para de decirte que no, en ese caso ya deja de ser un pagafantas y pasa página, ya se dará cuenta esa persona de lo que ha perdido. O.. en el peor de los casos, si estás en una situación más delicada como que estás mal por un familiar que le queda poco tiempo de vida, un amigo que está en depresión (o tu mismo).. No desistas, porque aunque parezca que todo va mal, te puedo asegurar que las cosas siempre van a mejor tarde o temprano.

Al igual que tantos vídeos y blogs sobre como alcanzar el éxito, o como motivarse, este es mío propio, de escritora a lector/a para que si quieres rendirte, no lo hagas. Que como tantos otros, también se han querido rendir y al hacerlo pensando que no lo conseguirían, obviamente han ''perdido la carrera'', míralo como una competición. Si tu quieres ganar, y tienes a la persona que más odias a tu lado queriendo hacer lo mismo, ¿vas a permitir que gane? ¿O vas a ir a por todas para que muerda el polvo y tu conseguir el trofeo? Mentalízate sobre cual es tu objetivo y cuanto estás dispuesto/a a esforzarte por él. Pero.. ¿Cómo te vas a mentalizar de que lo que te esta desmotivando es una competición que debes ganar? Pues como todo, tiene sus normas, pocas, pero importantes.

Primera norma:

Nunca pierdas de vista tu sueño. En el momento en el que por tu cabeza se empiecen a cruzar películas o empieces a ver borrosa la línea de meta.. PARA. Descansa y ya seguirás luego, pero con con cautela de no pasarte de tiempo, en el caso de estudiar o trabajar. Si estás en una situación en la que no le ves sentido a la vida, mírate alguna serie de sitcom, anime o juega a videojuegos para escapar de lo que te entristece en caso de que seas de los/las que se aislan, pero bajo ningún concepto, llegues al límite de estar tan harto de todo como para no seguir la competición. Recuerda, la persona que más odia quiere que pierdas, ¿vas a dejar que gane? Yo creo que no.

Segunda norma:

No dejes de creer en ti. Si recibes muchos comentarios negativos sobre tu sueño, o peor, sobre ti mismo que te hacen dudar.. No te los creas. Recuerda de nuevo todas las cosas que has hecho bien, todos los momentos difíciles que has superado y otros no han sabido. Tu estás hecho/a para hacer lo que tu quieras, eres tu quien decide si una cosa es complicada o no, y sobre todo, eres tu quien decide y el/la único/a que puede decir que no puedes. ¡Qué narices! NO PUEDES DECIR QUE NO PUEDES HACER UNA COSA, ese es el final del camino como pienses eso y querrás rendirte, ¡esa no es la verdad!

Tercera norma:

Independiente del como te sientas, sigue adelante, con las lágrimas en los ojos, con la sonrisa en la cara, o incluso si tu corazón está roto, no abandones, no dejes de luchar porque lo conseguirás (aunque sea dos meses más tarde de lo que querías o no, lo conseguirás, así que no desistas). Siempre habrá alguien que esté ahí para apoyarte, y al igual que tu quieres eliminar a tu adversario, tienes que cuidarte a ti y a los que te rodean, sobre todo si son esas personitas importantes que hacen sacarte una sonrisa cuando te has tropezado. Si no sacas las fuerzas por ti, sácalas por quienes confían en que podrás conseguirlo. Porque piensa, si creen en ti, ¿no crees que es porque les has dado motivos y ven que si puedes hacerlo?

Cuarta norma:

Quiérete y quiere a los que te quieren. Esta norma no la voy a explicar, ya que el amor tiene que estar en cada cosa que haces. Y no, el amor no abarca solo a una cosa o dos.

Finalmente, después de estas cuatro normas, ya va siendo hora de que si aún no estás motivado y quieres seguir rindiéndote, te pongas a escuchar música, te tumbes en la cama y llores para sacar todo lo que tienes dentro. Y ya, una vez te desahogues, mira el techo o cierra los ojos y piensa si cuando eras pequeño te veías así o te imaginabas a alguien que podría con lo que se propusiera. A veces, también el recordar el cuando eramos niños y soñábamos o estábamos con esa persona importante abrazados, riendo o cualquier cosa, es una buena manera de sentirnos bien y seguir, ya que por una cosa que nos salga mal, no significa que todo se vaya al traste (por muy importante que sea, la vida es larga y las oportunidades son muchas). El querer rendirnos, no es más que un síntoma de nuestra inseguridad, miedos y reflejo de las dudas y subestimaciones que han tenido otros sobre nosotros y al final nos han hecho mella, pero que, sin embargo, nos han hecho más fuertes y no lo vemos. Ese es nuestro único delito.

El ave canta aunque la rama cruja, porque conoce lo que son sus alas. - José Santos Chocano.

Comentarios

Entradas populares de este blog

En cuarentena desde tu último adiós.

Polvo perfumado